Recuperación del tejido social desde la forma en que el narcotráfico ha afectado a las familias de la comuna nororiental
“Nunca hubo una noche ni un problema que pudieran derrotar al amanecer o a la esperanza”. Williams.
Tenemos un una Colombia dividida; cuando se tocan los actores del paramilitarismo para tratar de hacerles pagar el daño infligido a nuestros compatriotas, se chutan la pelota, se inicia la mascare y el asesinato desmedido a líderes cívicos, reinsertados de la guerrilla, y jovenes de zonas de circulación de drogas, de forma masiva, para tratar de probar que ellos controlan este país a sangre y fuego; sus sanguinarios ejércitos no tienen compasión con quienes se atrevan a cuestionarlos, porque manejan la empresa más potente del mundo, el narcotráfico, con jugosas ganancias, superiores a lo ingresa al país cada año como producto interno bruto.
Para salvar al pueblo colombiano solo queda la ayuda de la Comunidad Internacional; sé que pronto intervendrán para dejar que la sangre de nuestro pueblo se siga derramando en esta tierra, y lo lograrán, confrontando la poderosa maquinaria política emparentada con el mercado de la muerte, la pobreza, desigualdad social, narcotráfico, corrupción y delincuencia, en este paraíso llamado Colombia, repleto de gente buena, que espera conocer la paz antes de partir al más allá.
El video de Claudia Bahamón que nuestro mandatario quiere borrar porque llora por las mascres que envisten sin compasión en el gobierno del niño que soñó ser presidente, que ahora gobierna tomando partido politico, cuando la Corte quiere juzgar a sus verdugos y que parece insensible, no sólo por sus compatriotas que se los lleva el Coronavirus, sino con las violencias que apagan una vida cada minuto en este pais del Sagrado Corazón.
Lo que ganaron otros mandatarios en materia de paz, construcción de tejido social, resilencia, perdón, reparación, cicatrización de las heridas dejadas por las guerras de hace dos decadas, que a nivel de politica internacional nos declaraba como estado fallido, este gobierno lo arrojó por la borda, ello explica el aumento de suicidios, especialmente en nuestros jovenes herederos de la mascre de los años 80 y 90. Nuestra indifencia frente a lo que viene cocurrinendo nos hace complices de cada vida que se pierda, si como Sociedad Civil o Comunidad Inernacional no nos pronunciamos ni hacemos algo; entonces será la historia quien nos cobrarán su cuota por no haber frenado este genocidio.
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Recuperación del tejido social desde la forma en que el narcotráfico ha afectado a las familias de la comuna nororiental. 21/ 07/2020.
Resumen
El presente trabajo da cuenta de la forma en que el narcotráfico ha afectado las familias de la Comuna nororiental, abordándolo desde un enfoque éticomoral liberal pragmatista de Bernar Williams y Rawls, desarrollando una serie de capítulos que permiten dimensionar la magnitud del problema que cada vez se expande con mayor fuerza en la región, por la internalización del narcotráfico, frente a una sociedad inerme y un Estado débil incapaz de atender una demanda de legitimación básica, especialmente con las comunidades marginales que viven las violencias y el desamparo estatal.
Palabras claves: familia como actor político, narcotráfico, microtráfico, justicia global, desigualdad, Estado, autoridad, delincuencia.
Introducción
“La Familia como actor político en la recuperación del tejido social desde la forma en que el narcotráfico ha afectado a las familias de la comuna nororiental de Medellín”, presenta importantes implicaciones éticas para asumir la problemática desde las afectaciones ocasionadas por el narcotráfico a la comunidad; con la legalización de la dosis personal en el mes de julio de 2020, el Consejo de Estado pone un condicionamiento fulminante a la ejecución del Decreto 1844 de 2018 en los artículos 33 y 140 del Código Nacional de Policía, en la medida en que la Sección Primera del Consejo de Estado ordenó que las autoridades policiales solo pueden decomisar la droga cuya posesión esté destinada a su comercialización.
Esta laxitud del Consejo de Estado abrió las compuertas para que el consumo de alucinógenos en comunas como la nororiental en que se focaliza el presente trabajo, se masifique, agravando la situación de consumo que se venía dando en jóvenes desempleados y sin un proyecto de vida definido, agudizado por la pandemia del Coronavirus en detrimento de las familias por las consecuencias generadas por éste.
Germán Alfonso López Daza en su artículo “La Legalización por vía judicial del consumo de la dosis personal de droga: ¿un desafío al sistema democrático en América Latina?” puntualiza que el caso colombiano frente a los demás países de América Latina, constituye un desafío al modelo democrático frente al manejo de las drogas. (López, 2014).
El presente trabajo se desarrolla a través de los siguientes capítulos: Base ética, demanda de legitimidad desde Williams; transversalización de la demanda de legitimidad; la forma en que el narcotráfico ha afectado a las familias de la comuna nororiental de Medellín; estructura verificable del narcotráfico en la noción de familia; estadísticas de afectación por drogas en la comuna nororiental de Medellín, la familia como actor político, alcance práctico, finalizando con una propuesta de recuperación del tejido social, formulada por estudiantes de una Institución Educativa del sector de la Comuna 4, donde se realizó el trabajo, como actores sociales que pueden ir generando importantes transformaciones sociales desde el ámbito educativo.
2. JUSTIFICACIÓN
Las implicaciones del narcotráfico en el barrio, en la comuna, en la cuadra, son fenómenos sociales que no pueden invisivilizarse porque afectan la vida de las comunidades; históricamente hemos presenciado que con el cambio de administración y de políticas públicas coherentes que tengan continuidad y presupuesto para hacerle frente al crimen organizado, la delincuencia común y en el presente caso, al narcotráfico, se reviven las violencias en los barrios, barrios que por su naturaleza han quedado bajo el mando de combos, como resultado de una autoridad débil que salvaguarde las instituciones básicas, libertades, bienestar e integridad de sus pobladores; silenciarnos en torno a un problema tan grave, significa hacernos cómplices del mismo, abordarlo, es dar un paso adelante para intervenirlo, nuestra labor académica y pedagógica debe facilitar un liderazgo social tendiente a mejorar la calidad de vida de nuestras comunidades, mediante la investigación y puesta en marcha de proyectos de transformación social que restauren su tejido social.
En publicaciones de mediados de julio de 2020, Verdadabierta, bajo titular “Por lo menos 140 bandas criminales ponen en riesgo la vida en Medellín”, expone el grave problema de incremento de drogas, la afectación a la comunidad y su internacionalización; planteamientos que deben hacernos tomar conciencia como sociedad civil, evitando la repetición de las violencias, en cierta medida superadas, de los años ochenta y noventa; en tal sentido dicho medio informativo señala que el Ministerio Público enfatiza sobre la necesidad de cerrar la brecha entre comunidad e institucionalidad, dado que cerca del 85 % de la ciudad de Medellín se encuentra bajo el control de 140 organizaciones armadas, controlando las comunas e internacionalizando sus mercados. Existe una desconfianza de la comunidad en la Fuerza Pública y los organismos de justicia, por la complicidad con agentes estatales, el paramilitarismo y el lavado de activos.
La marginalidad social es caldo de cultivo para que la problemática de drogas se agudice, la posición geoestratégica de la ciudad de Medellín, su economía altamente informal y propensa al lavado de activos, la inequidad y marginalidad, donde el Estado ha perdido el control de sus territorios, ha facilitado la presencia de carteles extranjeros del narcotráfico, especialmente algunos provenientes de México, creando confrontaciones por el control de las plazas de vicio. (Verdadabierta.com 2020).
Jair Orozco en su texto titulado “Aumentó el consumo de drogas durante la cuarentena”, señala que la salud mental de muchos colombianos ha sufrido graves deterioros a causa del encierro y la soledad; según expertos en drogodependencias de Universidad CES se determinó que las sustancias con mayor consumo en medio de la pandemia son Marihuana: 25 %, Alcohol: 19 %, Café: 14 %, Cigarrillo: 11 %, Té: 8%, previniendo sobre el aumento de contagios por Covi a consecuencia del consumo de drogas.(Orozco, 2020).
Interrogarnos sobre la forma en que el narcotráfico afecta a las familias, significa abrir las páginas de la violencia en Colombia, la cual parece no tener fin, tratando de dar respuesta a las masacres que se reviven y que en el mes de julio superan los 150 asesinatos, mayoritariamente adolescentes, episodio que se creía superado, afectando la convivencia, democracia y el control territorial. La ONU ha indicado que en el transcurso del 2020, ha documentado 33 masacres, dando seguimiento a 97 asesinatos de defensores de derechos humanos de los cuales, a la fecha verifica 45 homicidios. (Ramos, 2020).
3.0. Base Ética, Demanda de Legitimidad desde Williams
A través de Williams podemos exigir del Estado una Demanda de Legitimación Básica frente al problema de drogas y su debilidad para afrontarlo, sin obtener respuesta positiva, solo quedaría la presión de la sociedad civil para buscar restituir los derechos humanos fundamentales, en tal sentido Pablo Badillo O’Farrell, en su artículo titulado "Realismo, miedo y relativismo. Notas sobre la filosofía política de Bernard Williams”, explica que la demanda de legitimación de Williams, establece en primer lugar, una situación en la que el Estado tiene que ofrecer una justificación de su poder a cada sujeto; poder con el que puede ejercer una coerción correcta a través de sus leyes e instituciones, lo que no significa que siempre y de forma invariable, sea aceptable, en segundo lugar, que dicha capacidad coactiva puede producir miedo a muchos de los sujetos pasivos del mismo, y en tercer lugar, que existe indefectiblemente un grupo que siempre se encontrará en desventaja en relación con los elementos coactivos del Estado, situándonos ante grupos que se encuentran en situaciones límites, hallándonos ante elementos que están en una posición de clara desventaja con respecto a otros, que en determinados casos carecen prácticamente de protección alguna y a los que, incluso, podría situárseles en un plano de igualdad con los enemigos del Estado mismo, sería para el presente caso, las comunidades marginales de la ciudad de Medellín. (Badillo, 2011, pág.18).
María Esther Gómez de Pedro en su tesis doctoral, "El Estado del Bienestar. Presupuestos éticos y políticos", plantea la necesidad de revitalizar lo social, propone que la solución debe dirigirse a la recuperación del verdadero hombre, mediante la implementación de una política al servicio del hombre y del bien común, haciendo posible que todos converjan en torno a la misión común; la educación que se proporcione a cada individuo, deberá enfatizarse en su desarrollo integral, sin olvidar lo moral o espiritual, asegurando su bienestar. (Gómez, 2001, pág. 435-441).
Si observamos la justicia global de Rawls, encontramos que Sergio Néstor Osorio García, en su obra “John Rawls: una teoría de justicia social su pretensión de validez para una sociedad como la nuestra”, plantea que una teoría de la justicia, tal y como la concibe Rawls, alcanza su máxima expresión, cuando puede ser contrastada en tanto favorezca, de manera prioritaria, a los menos aventajadas de la sociedad, sosteniendo Rawls, que todos los bienes sociales primarios, libertad, igualdad de oportunidades, renta, riqueza y las bases del respeto mutuo, han de ser distribuidos de un modo igual, a menos que una distribución desigual de uno o de todos los bienes redunde en beneficio de los menos aventajados, procurando que nadie en el Estado salga perdiendo, que desde el más rico hasta el más pobre reciban sus beneficios en una justicia distributiva que les permita acceder a la riqueza y bienestar, la pregunta que nos cabe, al igual que a Osorio García, es por qué en Colombia no se estudian más estos autores como RawIs, Singer, Williams, Nagel, Nozick, los cuales con sus teorías desde la ética y sus principios, nos conducen a reflexionar sobre las graves consecuencias que generan nuestras desigualdades sociales, atentando contra los derechos humanos fundamentales y la vida digna de nuestros pobladores más desfavorecidos de nuestras comunas, invitándonos a la transformación social que ponga fin a las desigualdades radicales que dan origen a la marginalidad y sus violencias. (Osorio, 2010).
Con Nagel tenemos que luchar de forma individual y colectiva por una justicia global para mejorar las condiciones de vida; con Nozick, afianzar la lucha por los derechos fundamentales, con Singer, propender por principios éticos universales, trascendiendo los propios intereses, creando una teoría política de la justicia, un sistema justo de cooperación que sustente la razón pública, una base para que los ciudadanos se justifiquen mutuamente mediante juicios políticos solidarios, una justicia que permitan transformar el contextos social, con Habermas, Rawls y Pogge, persistir en nuestra lucha por una justicia global, encaminada a lograr un cambio estructural, moral y social.
Williams recibe como contraargumento una crítica que señala que su relativismo contemporáneo socava la noción de verdad; preocupándose por no impactar la realidad, concluyendo que la reflexividad moral mata el conocimiento moral, esperando que la filosofía de alguna manera ayude a vivir; a Rawls se le critica que la justicia pública sea políticamente improcedente y moralmente injusta, planteada a espaldas de los societarios y sus doctrinas comprehensivas, teoría que reduce los individuos a un olvido procedimental inhumano de sus posibilidades históricas que los determinan; planteándose a espaldas de las doctrinas y a expensas de sus procesos históricos de dominación y lucha por el reconocimiento; obteniendo mínimo alcance en sus constructos metodológicos al ser confrontados con la realidad. (O’Grady, 2003).
3. 1. Tranversalización de la demanda de legitimidad
Ariel Gustavo Forselledo en su texto “Consumo de Drogas y Familia Situación y Factores de Riesgo” expone como el consumo de drogas no se explica ni puede atribuirse únicamente a la familia, está asociado a problemas de seguridad económica, modelo sexual firme vivenciado y modelos de comportamiento ajustados al contexto social, problemas culturales y políticos, resultando necesario, considerar al sistema familia en el marco del suprasistema social con todas sus condicionantes, transversalizando el problema desde todas las instituciones del Estado y desde todas las disciplinas y saberes, creando un frente común frente a las drogas.
Entre las prácticas que generan conflicto a nivel familiar, se encuentran la ausencia de modelos definidos de autoridad y afecto, padres autocráticos, ausencia de la figura paterna, presencia de un padre adicto al alcohol o a las drogas, carencias en los modelos de comportamiento adecuados al contexto social, conflictos de pareja, relaciones familiares que estimulan la dependencia, consumo familiar de sustancias; permisividad, carencias económicas, modelos sexuales de identificación, formación familiar conflictiva, deficiencias en las expectativas de logro de los hijos, desintegración, situaciones estas que pueden desencadenar adicciones. (Forselledo, 1994, pág. 12).
3.2. Impacto del narcotráfico en las familias de la Comuna Nororiental
La familia sufre a causa del narcotráfico, desplazamientos intraurbanos, sus hijos a tierna edad son utilizados para el expendio, consumo, como “campaneros o carritos” y víctimas de sus violencias, ajustes de cuentas, pérdida de la paz y el disfrute de sus garantías fundamentales.
Juan Carlos Garzón investigador de la Fundación Ideas para la Paz, en su artículo titulado “Microtráfico: la mayor amenaza”, explica que quien instala una olla de vicio, lo hace a través de la violencia, el desplazamiento, homicidio, hurto y extorsiones, estableciendo como blanco principal los niños y jóvenes menores de 16 años, introduciéndolos en el mundo de las drogas; detectándose casos de venta de drogas a menores de 6 y 8 años de edad. (Garzón, 2016).
3.3. Estructura verificable, el narcotráfico en la noción de familia
El consumo de drogas puede desencadenar problemas laborales, escolares, pobreza, violencia doméstica, arrestos, encarcelamiento, problemas graves de salud, muerte, negación del problema; las mismas escuelas se han constituido en centros de adicción, socavando los valores, estructura y dinámicas familiares.
Análisis Urbano.Org en su texto, “El rentable negocio del microtráfico en Medellín: esta es la cartografía criminal”, señala que Medellín presenta 800 plazas de vicio sin contar las móviles y lo que se vende a domicilio; obteniendo ingresos superiores a un billón de pesos anual, incorporando niños en su proceso productivo.
El mercado de la droga es rentable, porque funciona las 24 horas, los siete días a la semana, nunca descansan, prestan el servicio a domicilio, “la pepa, el moño, la cripy, la rueda, el tuci”, son vendidos puerta a puerta sin cobrar domicilio, con una rentabilidad superior a la economía local, regional y nacional. En una zona no mayor a 30 cuadras, por ejemplo, se ubican más de 70 campaneros; el bazuco lo están empezando a consumir desde los nueve años; los dueños de las plazas de vicio, utilizan los niños y adolescentes para el consumo de la droga que no pudo exportarse. (Análisis Urbano. Erg. 2019).
3.4. Estadísticas sobre la afectación del narcotráfico a la familia y comunidades de la ciudad de Medellín, datos articulables
Heidi Tamayo Ortiz en su texto “Las drogas abren la puerta al infierno de la calle”, expone en su artículo, como el área metropolitana y Antioquia tienen consumos de drogas ilícitas superiores al resto del país según reporte del Ministerio de Justicia sobre el tema, señalando que actualmente, hay unas 20.000 personas en riesgo de drogadicción en la ciudad, a las que se suman unos 3.500 habitantes de calle que consumen algún tipo de sustancia psicoactiva; para el caso del consumo de heroína, Medellín ocupa el primer lugar, con 3.548 personas que se inyectan esta sustancia, seguida de Cali, con 3.501, y de Pereira, con 2.442. Por ello, en el Plan Nacional de Respuesta al Consumo de heroína y otras drogas por vía inyectada, liderado por el Gobierno Nacional, se priorizan acciones en Medellín, Bogotá, Pereira, Dosquebradas, Cúcuta, Cali, Armenia y Santander de Quilichao. (Tamayo, 2017).
Piedad Restrepo en su publicación “Drogadicción en los barrios”, expone como se ha incrementado la delincuencia en Medellín, en las encuestas de seguridad en 2014, un 26% afirmaba que el principal problema eran las drogas, en el 2017 había ascendido al 33%, en el 2015 ocupó el primer lugar en las zonas nororiental, centroccidental y suroccidental, y en las restantes el segundo lugar, como factor de inseguridad en los territorios; la discusión actual sobre cómo afrontar el microtráfico debería enfocarse desde la oferta y demanda, consumo, prevención y atención integral al drogadicto y su familia. (Restrepo, 2018).
Santiago Cárdena en su publicación “Nuevas drogas, cócteles de la muerte”, explica la priorización del ente estatal para rebajar la edad del consumo de droga, actualmente a la los 12 años, a que esta sea a los 15 años; en el 2017 se presentaron 2.555 nuevos reportes de consumo de estupefacientes en menores, de los cuales 79 estaban entre los 4 y los 9 años, 547 entre 10 y 13 y 1.657 entre 14 y 18 años de edad”, llamando la atención acerca de las precarias inversiones gubernamentales para abordar el problema; seis de las más populares drogas consumidas por los jóvenes de Medellín son “Gold, 2CB, Cristal, Éxtasis R, Wax y Coco”, todas son bombas de tiempo. (Cárdenas, 2019).
Fuente: Elaborado por el autor a partir de los datos de los cultivos ilícitos de la ONU y de los datos de homicidios de la Policía Nacional.
https://razonpublica.com/narcotrafico-violencia-sigue-problema/
https://www.asuntoslegales.com.co/actualidad/sucre-norte-de-santander-y-guaviare-son-los-departamentos-con-mayor-indice-de-impunidad-2921247
https://cazador-rojo.blogspot.com/2010/05/casas-de-vicio-en-medellin.html
Gráfico 2. Asesinato de líderes sociales de acuerdo con el balance de poderes
Monitor de Violencia Política en Colombia
Mientras baja el homicidio en Colombia, aumenta la violencia política letal
Aparte de esto, nos comunicamos con el equipo de prensa del Ministerio de Defensa y nos enviaron este cuadro con las cifras de masacres desde 2010 hasta el 17 de agosto de 2020.
3.5. La familia como actor político, alcance práctico
Ezequiel Spector en su texto “La familia en Rawls: ¿en qué sentido es parte de la estructura básica?” argumenta que Rawls define la estructura básica de la sociedad como la forma en la que las instituciones politicosociales se unen en un sistema de cooperación, asignando derechos y deberes básicos y lazos de solidaridad; por su naturaleza la familia hace parte de la estructura básica social. De este modo, la sociedad está compuesta por instituciones que pueden ser reguladas coercitivamente por los principios de justicia, ubicándose en el terreno del poder político ejercido por el estado, los principios de justicia se aplican coercitivamente a esta institución.
No obstante, al analizar el rol de la familia en la sociedad del liberalismo político, Rawls equipara a las familias con otras asociaciones voluntarias que no son parte de la estructura básica, como las iglesias, los clubes y las universidades; aquí argumenta Rawls, que los principios de justicia no pueden obligar a los padres a decidir de acuerdo con un proceso democrático dentro de la familia; los principios de justicia están "fuera de lugar"; esto sugiere, contrariamente a lo anterior, que la familia no es parte de la estructura básica social. (Spector, 2014).
Izarme Moreno en su artículo” La importancia de la familia frente al consumo de drogas”, puntualiza que la familia es considerada el eje central en el proceso de desarrollo infantil, ya que es el entorno más próximo e inmediato al niño; el proceso familiar marca al sujeto, que luego replicarían en su vida política, y en los posteriores roles que asuma en sociedad; la familia se constituye en el primer entorno protector frente al consumo de drogas, también puede convertirse en situación de riesgo en condiciones adversas. Entre los factores de riesgo Isarma recalca, relaciones conflictivas, disciplina inconsistente, ausencia de límites y normas, falta de acompañamiento, familias tóxicas, negligentes, maltratantes, abandonantes y delegantes de sus roles y compromisos. (Moreno, 2018).
3.9. Recuperación del tejido social
Propuesta de los Estudiantes y Padres de Familia frente al problema de las drogas
Estudiantes:
- Rehabilitar, crear red de apoyo, brindar empleo, garantizar la seguridad ciudadana y servicios básicos.
- Elegir buenos gobernantes y controlar la corrupción.
- Dialogar y escuchar a los hijos, fortalecer la comunicación, hablar en familia el problema de las drogas, prevenir más que reprimir, juzgar o estigmatizar; apoyar y acompañar en los momentos difíciles, remitir a terapias.
- Prohibir y controlar el mercado de drogas, cocaína, bazuco, marihuana y el licor.
- Cuestionar la legitimación de las drogas, educar, legislar, controlar, vigilar y judicializar.
- Concientización y buena educación, apoyo de los pares, la familia y la sociedad, saludar, educar y acompañar las familias, humanizar la convivencia, educar en el ocio constructivo, formar en los riesgos y peligros en la adolescencia, incentivar la recreación, trabajo cooperativo familia, escuela, sociedad; padres y maestros amigos sin perder el rol de autoridad, más centros de rehabilitación y desintoxicación, brindar empleo y estudio a los jóvenes para incentivar su proyecto de vida, planes y proyectos en prevención y atención en drogadicción, crear el Ministerio de la juventud, pabellones hospitalarios de desintoxicación, planificar y desarrollar programas antidrogas.
- Hay mercado porque hay consumidor y viceversa, se deben cerrar las fronteras de drogas, tener retenes para el paso de drogas, controlar la venta de insumos de procesamiento de drogas y decomiso de la misma, destrucción de laboratorios, dar educación, empleo sustitutivo a cultivos ilícitos, cátedra escolar antidrogas, crear cruzadas familiares y sociales en contra de las drogas, mejorar la economía para superar la informalidad, establecer límites, control, vigilancia y enfrentar con calma, resolviéndolo de forma unificada e interdisciplinaria a nivel regional, nacional e internacional con un frente común que ataque la producción y el consumo; observar el modus operandi del narcotráfico para intervenirlo a nivel local e internacional mediante inteligencia global.
Padres de familia:
- Brindando una buena educación e información sobre los riesgos.
- Fomentar valores hacia la vida, los hijos y la familia, crear corredores antidrogas, cooperación internacional y cruzadas antidrogas.
4. CONCLUSIONES
Juan Carlos Garzón en su ensayo sobre la distribución de las drogas, puntualiza que el mercado de drogas a nivel local, regional e internacional por su carácter de ilegal y el daño a la salud, a la familia a través de la violencia y el crimen, frente a una débil presencial institucional, crea degradación, marginalidad y desesperanza.
La mayoría de las intervenciones realizadas o impulsadas por el Estado no han sido evaluadas, el Ministerio de Justicia viene promoviendo el análisis y la evaluación de experiencias concretas que aportarán importantes insumos para la política pública; las administraciones locales deben optar por la creación de redes de evaluación que involucren los actores internos y externos. (Garzón, 2019, pág. 22-52).
Pedro Vargas Navarro en su texto “Estructura y tipología familiar en pacientes con dependencia o abuso de sustancias psicoactivas en un centro de rehabilitación de adicciones en el Municipio de Chía, Cundinamarca” advierte que los problemas asociados a la estructura familiar, ausencia de autoridad, falta de coherencia, maltrato, falta de autoridad, limites o permisividad, consentimiento tácito, agresividad, violencia, maltrato y sobreprotección, son determinantes para la adicción, consumo, abuso de alcohol y drogas.
La familia monoparental favorece la soledad, la dificultad para poner reglas, la desidealización del lugar del padre en la estructura familiar y la búsqueda de una complicidad constante, lo cual puede compensarse con una buena red de apoyo. En muchos pacientes se encontró alteración en la cohesión familiar, comunicación inadecuada, ausencia de autoridad, reglas y límites, alianzas expresadas a través del consentimiento o la sobreprotección dados por algunos miembros, como abuelos y el cambio de roles, ocasionando debilidad, sentimientos negativos, violencia, soledad, falta de entendimiento y exceso o déficit de autoridad, tipificando patrones de maltrato, abandono, desligamiento y comunicación negativa, favoreciendo el trastorno adictivo; en las familias ensambladas, el nuevo miembro (padrastro), generalmente no involucra la autoridad en la familia, constituyéndose en factor de riesgo por la falta de límites. (Vargas, 2015, pág. 166–176).
El Estado debe asumir un rol dinámico en el control de drogas, protegiendo las familias y sus comunidades frente al crimen organizado que se ha internacionalizado diezmando la capacidad de acción de sus comunidades y su proyección social; la sociedad civil debe presionar para que los gobiernos intervengan la problemática, realizando prevención en la familia, escuela, comunidad, creando un cerco frente a las drogas, fomentando las partidas presupuestales en la promoción de la calidad de vida de sus comunidades marginales.
Rawls en la justicia distributiva, plantea la necesidad de utilizar los principios éticos de dar y pedir razones como lo postula Nozick, para lograr la transformación social; con Juan Antonio García Amado, podemos interrogarnos como titula su texto ¿Qué desigualdades debe corregir el Estado? afirmando que la igualdad, en sí y por sí e incondicionadamente, no es un valor ni absoluto ni superior a cualquier otro. Quizá por eso tantas políticas que apelaban radicalmente a la igualdad o usan propagandísticamente la lucha contra toda desigualdad, han desembocado sistemáticamente en tiranía, miseria económica, política y moral de los pueblos, incluidas las partes más vulnerables de las poblaciones ¿Será esto, lo que nos está pasando en Colombia y en el mundo actual, agudizado por el Coronavirus? (García, 2016). Singer abre una luz de esperanza al confiar que a futuro las políticas coercitivas harán realidad la justicia global.
5. BIBLIOGRAFÍA
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