La pandemia nos ubica en la misma realidad que creemos de depredación en el planeta

13.01.2021 03:07

Lo más triste de la pandemia es que perdimos la libertad, libertad que le robamos a la naturaleza y que ésta ahora nos lleva a reflexionar,  poniendonos en la misma situación  de deterioro que le ocasionamos.

Ilustración de cazadores de jabali

https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/02/120217_ciencia_depredadores_humano_dp

 

El Coronavirus nos ha dejado sin aliento, huérfanos y estupefactos, incomprendidos, silenciados, aletargados; paralizó el tiempo y el accionar, nos robó la rutina y lo que nos hace una especie del afecto, sociabilidad, nos robó la alegría, la fiesta, la reunión familiar, la guacharaca, el bullarengue, el esparcimiento, el parche, los momentos de inspiración, bohemia, delirio, exaltación, deseo, lo erótico y funcional, lo alborotado la llamada arrechera, propia de nuestra identidad animal, la capacidad reflexiva; nos robó lo deliciosamente terco, caprichoso, prohibido, escondido, nos robó la confianza y seguridad en sí mismo y en los demás, nos robó la identidad, quien hay tras ese tapaboca propio de las culturas musulmanas para evitar que la mujer inspirara y excitara a su barón.

 

Creo que viven mejor su naturaleza en tiempos de pandemia los animales que habitan su verde selva que los que habitamos esta selva de cemento y hormigón, acompañados de esta claustrofobia y hacinamiento que nos está matando lentamente.

 

¿Cuánto  hemos perdido en esta pandemia?

La pérdida no se remonta a bienes materiales sino a bienes inmateriales invaluables como la libertad y seguridad, como parte de necesidades básicas planteadas por el psicólogo Abraham Maslow.

 

Creo que algunos se conforman por  haber perdido un ser querido, valorando que su vida aún no la han perdido; el hombre no es para estar guardado en casa, ¡no¡  esa no es su identidad; el hombre es para el hacer, para el caminar, para el errar y cada día aprender, el hombre es para recorrer esta tierra hasta llegar a Marte o la luna o quien sabe que otros recónditos lugares, el hombre nómade que todavía nos habita.

 

El hombre es para estar en la calle, en la fiesta, en la parranda, en la esquina, en la cuadra, en el barrio, donde el vecino, en la visita y reuniones; la casa no se puede convertir en cementerio, cárcel, hospital o sanatorio mental, en jaula, donde comes, ornas, defecas, duermes y de nuevo la misma rutina como árbol o planta, como animal en cautiverio, donde todo es igual y se te escapan los mejores momentos de la vida sin que puedas hacer nada.

 

Dónde han quedado la pesca de oportunidades, ¿dónde ha quedado tu puerto y tu barca, acaso  quedaste atrapado en tu propia barca?

La juventud, los niños, son para jugar, soñar, departir, bailar, saltar, la vida en ellos abunda y por ningún motivo se les puede amargar o frustrar.

 

Hemos quedado atrapados en la misma trampa que le pusimos al animal, de cazadores, hemos pasado a ser cazados, controlados; vigilar y castigar de Foucault;  y eso sí que lo tiene claro los tiranos gobernantes, para majarnos a su antojo, encierra la vestía y todo marcha por su propia cuenta.

 

Acaso no es preferible morir siendo libres y felices, que morir lentamente tras el encierro ¿cuándo volveremos a ser como éramos antes? ¿Cuándo volveremos a ser naturales? ¿Cuánto tardaremos en confiar en la vida, en el otro, en nosotros mismos sin temores, siendo y haciendo lo que nos place sin que el Estado y/o Pandemia nos controle.

 

El Corona, sexo masculino, en cultura altamente patriarcal, nos robó  la pasión,  el beso,  la palabra, la capacidad de soñar y dimensionarnos para ponernos de cara a la cruda realidad humana y sus vicisitudes.

 

Se ha llevado nuestros viejos, seres queridos, gente que entregó la vida al arte y la cultura, no ha respetado raza, color, religión, estrato socioeconómico, linaje, nacionalidad y menos edad, nos ha uniformado con tapaboca para robarnos la palabra y entregarnos a déspotas tiranos que hacen con nuestras vidas lo que quieren porque saben que si no nos tapan la boca y nos encierran, no nos tendrán completamente controlados. Las democracias y decisiones de este estado de cosas pierden todo su valor, por ello los más perversos son cuestionados, derrocados y otros por temor dimiten.

 

Hemos perdido la seguridad, la libertad, la capacidad de elección y de gobernar nuestras vidas a nuestro capricho y antojo; el futuro se ha vuelto incierto, nuestros niños y juventudes han pasado a ser invisibilidades como en tiempos medievales.

 

Como en la destrucción de Hiroshima y Nagasaki, el tiempo ha quedado congelado, hemos perdido nuestra identidad humana, la capacidad de soñar, proyectarnos, reinventarnos; el encierro causa claustrofobia, la soledad en medio del hacinamiento no se hace esperar, se han marchitado nuestros sueños y el futuro presenta una barrera, nada es cierto solo la muerte que no sabemos quién puede traerla a través de un contagio, todos somos objeto de sospecha y de miedo, no sólo todo sino todo cuanto nos rodea porque puede estar contaminado, reproducimos la sociedad del miedo y la zozobra.

 

Control universal de los humanos del 2019 al 2021 a través de la pandemia y quien sabe cuántos años más, una vacuna que para llegar se espera que mueran bastantes humanos para evitar la superpoblación y contaminación del planeta; la vacuna la prometen los engañosos gobiernos pero nunca llega, las empresas que venden el producto podrían crear lotes para venderlas a mecenas que quieran regalarlas, para hacerla llegar a quien quiera comprarla y done un porcentaje, pero no lo hacen y tiene bien guardado su secreto para hacer negocio con su mercado.

 

 El miedo no tiene nombre, el hambre lleva a los pobres al suicidio, violencia intrafamiliar y la muerte de la pareja y su prole.

 

Todos los problemas sociales emergen en aguas revueltas y la solución es el encierro porque el virus ha mutado más de 80 veces, si no nos mata el virus nos mata el hambre y la violencia, o  como lo manifestaba el alcalde de Envigado no terminaremos en una  UCI sino en hospital psiquiátrico.

 

Ya no hacemos duelo por la pérdida de nuestros seres queridos, como lo hacía la humanidad desde sus orígenes, o como lo hacen los elefantes, orangutanes o especies superiores.

 

¿Qué tanto nos afectará guardar el hambre, el miedo, el duelo, silenciarnos como especie,  si lo que nos diferencia de las demás especies la palabra y la capacidad transformadora que para estos tiempos sea tornado destructora?

¿Con qué objetivo  Corea del Norte exhibe en medio del hambre y pobreza el arma más potente?

¿Con qué derecho en medio de la pandemia la farándula internacional exhibe sus lujosas casas y costosos caprichos, en tiempos en que se la juega el pueblo hambriento para sobrevivir en medio de la pandemia?

¿Qué ha hecho con  los contaminados con el Coronavirus en su régimen militar Corea del Norte, en cuyo apremiante modelo político puede caer  la humanidad en tiempos de crisis;  y ahora con el colapso del sistema político y económico de Estados Unidos, donde se reparten las fichas el ajedrez internacional?

¿Cuántos ciudadanos han sido detenidos y penalizados por salir  del encierro, de la cárcel en la que se ha constituido, eso que llamábamos hogar, y al que llegábamos después de trabajar y hacer la vida social?

 

El coronavirus derrumbó las columnas del arte, el espectáculo, la adrenalina, la capacidad de asombro;  ahora la humanidad si es rebaño controlada por gobiernos que saben que la economía global colapsa y se las tienen que ingeniar para conducir sus rebaños a la economía doméstica, transición plagada de ensayo error en la que muchos sucumbirán, especialmente los más débiles.

 

 El extranjero se ha vuelto el culpable de que la cepa se propague a velocidad vertiginosa, ha paralizado la dimensión sublime humana, la orquesta, el espectáculo, la masa celebrando, las bacanales; el arte la creatividad, la capacidad de asombro; nos dicen reinvéntese, pero que pueden hacer los pobres si ha presenciado impávidos la quiebra de sus negocios.

 

Nos han vuelto máquinas, tras el celular o el ordenador, nos han robado, la noche, el olor a jazmín, el vagabundear y recochar, la capacidad de reír y gozar, la sonrisa quedó sepultada tras el tapaboca, hasta la visita al odontólogo para reparar las piezas claves del cuerpo que dan vida, se han tornado en situaciones riesgosas de contagio, antes era el sida, la guerra depredadora entre países, cuyo punto de equilibrio eran las armas que exhibiera el más fuerte;  ejércitos matando al pueblo y exclamando lo dimos de baja,  ahora es el Coronavirus y la demora para la vacuna en los gobernantes de turno y el tiempo para que esta saliera,  era especialmente para lograr su cometido, que muchos murieran, especialmente los viejos y más débiles, buscando controlar la superpoblación mundial; ello explica porque los países más superpoblados son los que registran mayores índices de muertes y contagios, una especie de eugenesia con lavado de manos como Poncio Pilatos cuando le decía al pueblo que sacrificara a Jesús;  y para colmo de males colocar los noticieros que por naturaleza son amarillistas a controlar la información de tan difícil situación, los cuales obligatoriamente hay que escuchar para saber que ocurre allí fuera.

 

El Coronavirus enemigo invisible, sin balas, sin ruido a veces camuflado, asintomático que mata por el miedo y porque no sabes cómo reaccionará tu organismo una vez vacunado o antes de hacerlo; médicos y enfermeras impotentes, algunos muertos por el mismo virus, otros con fatiga, padeciendo el síndrome del cuidador,  en tanto se apilan los muertos.

 

¿Dónde ha quedado la creatividad e innovación? todo lo que oyes es el virus, todo lo que ves allá fuera son bocas vendadas con tapabocas, lenguaje universal de la pandemia de mediados del siglo XXI que no sabemos cuánto nos acompañará ni cuánto daño nos ocasionará antes de marcharse o que aparezca otro virus que le reemplace.

 

Por esta misma época en el siglo XX nos encontrábamos  en periodo de entreguerras; ya había terminado la primera guerra mundial y Alemania preparaba su ataque para apoderarse del mundo, situación que no pudo atajar el Congreso de Viena; equilibrio europeo (1815-1914); ahora el arma es el coronavirus,  puerta de entrada para un nuevo orden; como la ambición de poder se repite, la potencia que se erigió como potencia para el nuevo orden al lanzar la bomba atómica,  ahora se encuentra debilitada por lo que tanto temió un arma biológica, que por ello ejecutó el 30 de diciembre de 2006 a Sadam Husein falsamente porque no tenía las llamadas armas biológicas en Irak, pero este 30 de diciembre de 2020, el arma biológica del coronavirus, así se registró la información, “Estados Unidos registró este miércoles 3.927 muertes por coronavirus covid-19 en 24 horas, un nuevo récord para el país más enlutado del mundo por la pandemia, según cifras de la universidad Johns Hopkins".

"El nuevo récord lleva a 341.845 el número de fallecidos por el nuevo coronavirus en la primera potencia mundial, según una revisión hecha por la AFP cada día a las 20H30 locales (01H30 GMT) de las cifras de Johns Hopkins, que son actualizadas de manera continua."

"Con 189.671 nuevos casos en 24 horas, Estados Unidos también se está acercando rápidamente a la marca de los 20 millones de contagios, después de haber superado los 19 millones el domingo.” El Comercio 2020."

“La ejecución de Sadam Huseín tuvo lugar el día sábado 30 de diciembre de 2006,​​ aproximadamente a las 06:05 hora local (03:05 GMT) por los cargos de crímenes contra la humanidad”.

 

Se ha perdido la identidad detrás de la venda del tapaboca, el anonimato de la sospecha, la obsesión, la locura, la paranoia por la asepsia, las manos contraen dermatitis, obsesión por el aseo en una sociedad altamente contaminada con alto porcentaje por el daño ocasionado al planeta y sus especies y acabando con especies por considerarla la causa del problema como la cacería de brujas de Salem.

La paranoia de la culpa:

"Aumenta el abandono de perros por miedo al coronavirus, a pesar de que ellos no lo transmiten.

Coronavirus: Dinamarca sacrificará 17 millones de visones por una "riesgosa" mutación de covid-19.

Casi 500 murciélagos atacados con fuego en Perú por temor al coronavirus.

Paloma Joe recorre 15.000 kilómetros y rompe las reglas de cuarentena en Australia.

"Se abandonan perros y gatos por el coronavirus, y en los casos más extremos los han tirado por la ventana"

"Los otros animales son también víctimas indirectas del coronavirus y, una vez más, chivos expiatorios de una crisis sanitaria de la que somos responsables los humanos".

"La batalla para salvar al pangolín".

"Este insectívoro, cuya carne y uñas se utilizan en la medicina tradicional china, es el mamífero con el que se trafica más frecuentemente en el mundo. Está en peligro de extinción".

"Día Mundial del pangolín: entre el exterminio y el coronavirus".

"Este exótico y misterioso animal no solo es el mamífero más traficado del mundo, también se ha constituido en uno de los posibles transmisores del virus que tiene en alerta al planeta."

"Coronavirus en España: el sacrificio de casi 100.000 visones con coronavirus (y las dudas sobre cómo se contagiaron),

"La cara más cruel del coronavirus".

"Los protagonistas de la cara nueva de la epidemia son nuestras mascotas, que están siendo abandonadas a su suerte por un temor sin fundamento".

"En la tragedia global de la pandemia del coronavirus, que amedrenta y mata, existe un drama añadido. Es quizás su rostro más sombrío, su cara más cruel, porque nos despoja de la compasión que es el corazón de la convivencia."

"Los protagonistas de esa cara nueva de la epidemia que a todos nos aqueja son los animales, nuestros compañeros de vida, que están siendo abandonados a su suerte en muchos países por un temor sin fundamento médico ni científico, según ha confirmado la Organización Mundial de la Salud, de que también ellos puedan contagiarse."

"De China a España, esos animales que hasta ayer nos ofrecían su cariño están siendo muchas veces arrojados de las casas cuando no sacrificados como están denunciando los veterinarios. Es un holocausto hijo de un pánico irracional. El Diario de Barcelona titulaba días atrás: “Se abandonan perros y gatos, y en los casos más extremos los tiran por la ventana”.

"Los humanos somos a veces tan absurdos que aquellos que podrían ser un motivo de compañía en la hora de la enfermedad los alejamos de nosotros, abandonándolos a su suerte. Y quien es capaz de abandonar a sus mascotas podría acabar abandonando también a los ancianos, los más vulnerables a la epidemia, condenándolos a un aislamiento psicológico."

Finalmente, el  miedo ha manejado la humanidad,  cuando más ha progresado es cuando ha superado sus miedos ¿Cuánto esperaremos para que cese el miedo, progresamos y dejemos de cometer absurdos, buscando culpables y acabar con nuestras mascotas y animales que tanto bien nos han hecho?

 

Cibegrafía:

El Comercio 2020.

https://elcomercio.pe/mundo/eeuu/coronavirus-en-estados-unidos-en-vivo-hoy-miercoles-30-de-diciembre-de-2020-estados-unidos-registra-3927-muertos-por-covid-19-en-un-dia-un-record-nunca-alcanzado-en-el-mundo-usa-casos-y-cifras-oficiales-donald-trump-eeuu-noticia/

https://es.wikipedia.org/wiki/Sadam_Huse%C3%ADn#:~:text=La%20ejecuci%C3%B3n%20de%20Sadam%20Huse%C3%ADn,de%20cr%C3%ADmenes%20contra%20la%20humanidad.

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/caza-brujas-salem_15407

https://www.bbc.com/mundo/noticias-54824991

https://www.20minutos.es/noticia/4205418/0/ataque-peru-murcielagos-coronavirus/

https://www.dw.com/es/paloma-joe-rompe-las-reglas-de-cuarentena-en-australia/a-56226992

https://www.eldiario.es/caballodenietzsche/abandonan-perros-extremos-tirado-ventana_132_1001948.html

https://elpais.com/elpais/2015/04/03/ciencia/1428080524_616282.html

https://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/articulo/dia-mundial-del-pangolin-entre-el-exterminio-y-el-coronavirus/48606

https://www.bbc.com/mundo/noticias-53453707

https://www.youtube.com/watch?v=tL9voL8n7b4

https://elpais.com/elpais/2020/03/17/opinion/1584484534_811669.html

https://www.niusdiario.es/sociedad/sanidad/aumenta-abandono-perros-miedo-coronavirus-no-lo-transmiten_18_2916645194.html

 


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